Para
sanar la relación con otras mujeres
Soy yo…
bajo la luz de la luna…
y veo…
que soy mi madre y soy mi hermana,
soy mis abuelas y mis bisabuelas;
soy todas las mujeres que me
precedieron
y todas las mujeres presentes en
la tierra;
soy mi vecina y mi amiga,
soy mis compañeras de trabajo,
soy esa mujer que no me deja en paz,
soy la mujer que me auxilió,
soy la mujer que canta y la que llora…
soy la que busca paz y la iluminada…
Soy yo…
inundada por la esencia de la luna,
que reconozco mi esencia de mujer
entrelazada sin excepción a todas las mujeres.
Todas somos una sola esencia.
El Espíritu omnipresente
es el hilo de plata
que entreteje nuestras vidas
a través de la Luna…
Para
sanar la relación con los hombres
Soy yo…
vibrando con la luna…
que contemplo a los hombres
y veo…
que soy mi padre y soy mi hermano,
soy mis abuelos y bisabuelos.
Soy todos los hombres que me precedieron
y todos los hombres presentes en la Tierra.
Soy mi vecino y mi amigo.
Soy mis compañeros de trabajo.
Soy ese hombre y ese recuerdo
que no me dejan en paz.
Soy el hombre que me auxilió.
Soy el hombre que baila y el que
se enoja.
Soy el que busca paz y el
iluminado.
Soy yo…
Inundada por la esencia de la luna…
que reconozco mi esencia humana
entrelazada sin separación a todos
los hombres.
Todos somos una sola esencia,
el Espíritu omnipresente es el hilo de oro
que entreteje nuestras vidas a través del Sol.
Para
sanar la relación con los niños
Soy yo…
vibrando con la luna…
llenándome de sentimiento,
de amor, de paz,
de alegría, de bondad,
con mi sagrado corazón
llenando mi pecho abierto
latiendo en mi vientre y en mis
manos,
en mis rodillas y en mis pies,
abrazando en calor rojo amoroso
a todos los niños y niñas…
A los que conozco y a los
desconocidos,
a los presentes y a los ausentes,
a los que están y a los que se fueron,
a los niños por venir,
a los esperados y a los no deseados,
a los amados y a los que sufren soledad,
a los acompañados y a los abandonados,
a los que ríen y a lo que sufren.
Porque en cada pequeño y pequeña
está mi niña, estoy yo misma,
cuando fui feliz y cuando sufrí,
cuando me sentí sola o desesperada,
y cuando fui amada y abrazada;
si me buscaron o me olvidaron;
si he sido cuidada o regañada;
en mis llantos y gorjeos de pequeña;
en mis desesperos y risas adolescentes,
y en mis lágrimas y esperanzas juveniles.
Soy yo…
vibrando con la luna…
llenándome de amor, de paz,
de alegría, de bondad,
con mi sagrado corazón
llenando mi pecho abierto.
Soy yo…
vibrando con la luna…
que acaricia mis dedos, mis manos,
mis brazos, mis hombros, mis
mejillas…
Y está en mi sonrisa,
con ganas o sin ellas,
la luminiscencia de la luna llena,
que trae al sol a mi interior
a través de mi mirada en calma.
Ahora lo entiendo…
Ahora comprendo…
Mi mente serena
medita armonizada.
Soy yo… Soy la Luz…
está afuera y está adentro…
es mi alma iluminada
en la Claridad perpetua…
Soy yo… Soy una ella.
Alejandra Lucía Rotf
Esta
Meditación la creé para un Encuentro de Mujeres de Luna llena.
Sé
que a muchas mujeres les cuesta tener estos sentimientos de unidad con todos
los seres humanos, especialmente quienes han experimentando situaciones de
dolor o violencia, o que son muy sensibles y se mimetizan con el dolor ajeno. Pero
sé que hay en cada una un profundo anhelo de paz interior, y para vivenciarla
hará falta un gran esfuerzo de perdón y reconciliación.
Puedes
comenzar esta tarea con el apoyo del Cielo y de la fuerza de la Luna, verbalizando
estos anhelos a modo de ritual, frente a una luz y una imagen que te inspire, o
con los ojos cerrados, y con música suave,
Pronunciarla lentamente, deseando que se manifieste, de modo que:
Lo que
vibre en los labios, vibre en la mente y en el alma.
Pues lo
que vibra en la mente, vibra en la energía.
Y lo que
vibra en el alma, hace lo mismo en el corazón.
Y lo que
vibra en la energía, se manifiesta en el cuerpo.
Si
compartes esta Meditación, me sentiré muy feliz.
Por
favor, cita la fuente: http://mujerdelunallena.blogspot.com.ar/
Gracias.
Alejandra Lucía Rotf
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