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Nuestra salud física está directamente
vinculada a nuestra salud emotiva, a nuestra salud psíquica y a nuestra salud espiritual. Y lo individual está vinculado a lo familiar,
y más allá (aunque no tuviéramos una familia inmediata), a la constelación
familiar.
Comparto en esta oportunidad, en honor al Día de la Madre, un hermoso extracto de Bert Hellinger, el creador
de las constelaciones familiares, del libro “Felicidad que permanece”:
“¿Qué hace felices a los hombres?
Esta es la cuestión. ¿Quién es más feliz? ¿Cuándo hemos sido más
felices? El más feliz es el niño al
pecho de su madre. ¿Hay algo más feliz
que esta íntima relación? Eso todavía
vale para nosotros hoy. Somos más
felices en conexión con nuestra madre y luego con nuestro padre.
En el curso de nuestra vida puede que haya intervenido algo que nos haya
alienado de nuestra madre. Entonces nos
quedamos vacíos. Sin madre estamos
vacíos. Falta algo.
El sentimiento básico
Hace muchos años estuve cuatro semanas como terapeuta invitado, en
Chicago, con un matrimonio de terapeutas.
El director dijo una vez en un grupo que toda persona tenía un
sentimiento básico. A ese sentimiento
básico se retiraba una y otra vez, pues en ese sentimiento básico es donde
sentía menos estrés.
Cada uno puede comprobar inmediatamente en sí mismo qué le ocurre con su
sentimiento básico. Se pone uno, por
ejemplo, una escala de menos cien a más cien.
Ese hombre dijo que uno nunca puede modificar su sentimiento básico, que
uno siempre retorna a ese sentimiento. Podemos comprobarlo en nosotros: ¿dónde
estamos situados en esa escala de menos cien a más cien? En el campo negativo
(y dónde en él) o en el campo positivo (y dónde). Cada uno lo sabe de inmediato. Si miran a
otras personas, también lo saben de inmediato.
Se puede ver enseguida dónde está situado uno en la escala de la
felicidad.
O sea que el director del grupo afirmó que no se puede modificar el
sentimiento básico. Pero uno de mis
bonitos descubrimientos ha sido que sí se puede modificar. Porque yo lo
modifiqué en mí.
Así me di cuenta:
En un seminario sobre terapia familiar, el terapeuta trabajó personalmente
conmigo. Se llamaba Les Kadis. De
repente vi, con su ayuda, qué había hecho mi madre por mí. Quedé anonadado al
ver de repente todo lo que mi madre había hecho por mí. Siempre estaba ahí. Y era una mujer valerosa.
Durante el nacionalsocialismo no se la pudo convencer de nada en absoluto.
Cuando me negaron el diploma de bachiller, por ser un elemento potencialmente
antisocial, ella fue a la dirección de la escuela y peleó como una leona por mí. Finalmente me dieron el diploma de
bachiller. A esas alturas, hacía ya un
año que me había reclutado el ejército.
O sea que de repente me di cuenta de qué mujer especial era mi madre. De
repente, pude incluirla en mi corazón, totalmente, tal como era. Al tiempo me
di cuenta cómo de pronto mi sentimiento básico había subido 75 puntos de una
vez. 75 puntos.
O sea que la conexión con la madre
crea felicidad. Hace feliz a la
gente.”
Bert Hellinger
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¡Feliz Día de la Madre a todas las Madres!
¡Feliz Día, Mami, Elisa María!
Desde mi corazón de hija, los saludo hasta el próximo post
Alejandra Lucía Rotf
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