Virginia Palomeque
muestra bellamente, a través de su arte digital,
el misterio de la relación entre
la mujer y la luna llena...
El incesante movimiento de la sociedad actual
ha provocado que muchas mujeres pierdan
su ancestral relación con la luna.
Y aunque parezca increíble,
hay muchas que no saben que la menstruación
proviene del efecto de la luna sobre nuestra sangre.
La poderosa fuerza de la luna
sobre las aguas oceánicas,
manifestada a través de las mareas,
es la misma fuerza sobre el agua de nuestros cuerpos,
en especial sobre la sangre de las mujeres.
Al perder la relación con la luna,
al perder la conexión con la propia naturaleza femenina
manifestada en la menstruación,
al perder la relación con su propio útero,
la mujer pierde su ritmo.
Para reencontrar nuestro ritmo femenino
hará falta un esfuerzo para reconectarnos
con las sensaciones que surgen de la matriz.
Para ello, podemos acudir a
prácticas de yoga taoísta
o a prácticas indígenas americanas
con las cuales podemos reaprender esta escucha
de nuestro propio cuerpo.
Alejandra Lucía Rotf
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