La Creación Universal inunda los sentidos con belleza, fuerza y sensación de paz. Ante la magnificencia de lo cósmico, queda de manifiesto lo pequeño de nuestra historia humana y lo insignificantes que son nuestras inquietudes. Al mismo tiempo, quienes se llenan con la belleza y la fuerza de lo macrocósmico, alientan en su interior la posibilidad de crear en el microcosmos de la vida de cada uno. La fe y la confianza en las propias posibilidades es el paso previo al cambio en nuestra existencia, incluido el hecho de que aparezca aquel o aquellos que nos mostrarán las herramientas que habremos de emplear para nuestro propio desarrollo.